Piensa como un Venture Capital
Soy inversionista de alto riesgo. Tengo una educación con fuertes bases en finanzas y matemáticas y he estudiado diversos modelos de riesgo, administración y optimización de portafolios; además en la carrera tuve la fortuna de estudiar el funcionamiento de los mercado de valores a un nivel atómico. Dicho esto, no creo en las estrategias de inversión en activos tradicionales que dan cada vez resultados más pobres.
Mientras sí creo en el gran beneficio financiero de los mercados de valores, no me convence entrar al juego de especular con acciones de compañías maduras o ponerme a practicar en las magias negras del “análisis técnico” para adivinar si una acción sube o baja cuando llega a la intersección de dos rectas colocadas arbitrariamente en la gráfica del precio en el tiempo. Mas aún, no me trae ninguna satisfacción invertir en compañías públicas, siempre acabo con el pensamiento de que entré muy tarde y que hay oportunidades ahí afuera que algún día también estarán cotizando en los mercados más importantes.
Creo en invertir en activos nuevos, en startups en etapa temprana, en nuevas tecnologías, en videojuegos, incluso llevo años invirtiendo en bitcoin (no porque crea que va a subir a 50,000 USD al final del año, sino porque representa un derecho esencial a tener el control de tu dinero… pero ese es un tema para otra ocasión).
Busco oportunidades de inversión que están fuera de la vista pública, que uno se encuentra por el camino, esas de las cuales mucha gente sospecharía lo peor antes de investigarlas a fondo. ¿Por qué? creo que es la única manera de mantenerse al frente en los campos de innovación y la evolución de las herramientas que usamos para mejorar nuestra sociedad. He perdido dinero en una que otra ocasión; pero no tengo miedo de seguir tomando estas oportunidades si realmente creo en su potencial. Pienso como un fondo de venture capital. Persigo esas compañías que ahora son pequeñas pero pudieran convertirse en unicornios. Los fondos de venture capital son por excelencia los que hacen inversiones de mayor riesgo buscando los retornos más atractivos.
La idea es invertir en varias startups a sabiendas que algunas morirán en el camino, pero calculando que haya una o dos en ese portafolio que resulte con retornos de 30 veces o mayores. Es la industria más interesante. Gracias al capital de riesgo de los fondos VC tenemos compañías como Uber, Rappi, Airbnb, etc. Descubren compañías cuyo objetivo es cambiar nuestro modo de vivir y nuestra relación con la tecnología y las empujan hasta el momento que tienen la fuerza suficiente para dominar su mercado, incluso si este ya estaba lleno de competidores con procesos perfectamente pulidos y estandarizados y con años de conocer su mercado; por eso se les llama compañías disruptivas a aquellas que cambian por completo el funcionamiento de una industria. Airbnb le dio un fuerte golpe a la hotelería tradicional, Tesla llegó a marcar la pauta en la industria automotriz completamente dominada por compañías que por años se resistieron a fabricar autos eléctricos, Google y las redes sociales redefinieron la industria del advertisement, permitiendo que las compañías que compraran anuncios en sus plataformas pudieran alcanzar de manera quirúrgica a su mercado objetivo. Es por la esperanza de encontrar a estas compañías que los fondos de capital de riesgo están dispuestos a tolerar aquellas que les generan pérdidas en el portafolio.
Estas últimas semanas me reiteran nuevamente que la seguridad en los mercados tradicionales es una ilusión. No solo se requiere de un evento mundial como la llegada del covid-19 para que toda la economía pare y para que los índices, acciones, ETFs y demás opciones de inversión en los mercados pierdan todas las ganancias que han juntado durante años; como dicen en Wall Street: “el mercado toma las escaleras para subir, pero el elevador para bajar”. Este tipo de cosas han pasado siempre y seguirán pasando. Y si no cuentas con información privilegiada, no ves el “black swan“ acercarse y no retiras tus fondos de los mercados a tiempo, te llevan al baile. Es el caso de la mayoría de los ahorradores. Si tienes algo de suerte tienes algo de dinero a tu disposición el día que cae el mercado y vas de compras. “Buy the dip” es una buena estrategia, después tiene uno que ser paciente y nuevamente empieza a generar retornos a lo largo de los años, esperando que una caída no vuelva a suceder, o esta vez realmente asegurarse de no engolosinarse y retirarse a tiempo. Como dice un buen amigo Bitcoiner: “hace varios buy the dip que me quedé sin efectivo para comprar más”.
¿A dónde voy con todo esto? Existen infinidad de estrategias de manejo de portafolio para que los inversionistas promedio generen retornos a distintos plazos o puedan cubrirse de pérdidas potenciales causadas por shocks externos de los mercados, de ahí que los bienes raíces, bonos o índices son inversiones tan populares. Pero en un mundo donde una de las crisis financieras más profundas fue ocasionada por la irresponsabilidad en el actuar de instituciones financieras en el mercado hipotecario estadounidense, o donde los gobiernos pueden imprimir dinero arbitrariamente para comprar posiciones en picada “para rescatar a los mercados”, ¿qué tanto puedes confiar en estar en el lado correcto del mercado la próxima vez que suceda algo causado por la corrupción de instituciones tradicionales estancadas o por políticas mal ejecutados de los gobiernos en turno? ¿Por qué preferiría invertir en activos promovidos por esas instituciones o sus dependientes sobre la opción de invertir en una empresa pequeña pero en crecimiento, donde tengo la oportunidad de conocer a los fundadores en persona y cuyos productos tienen un impacto positivo en mi vida? Claro que parece ser más riesgoso, pero por lo menos me siento más involucrado ahí que invirtiendo en índices con compañías de las que nunca he oído.
Todo depende de la percepción individual del riesgo, o cual es tu perfil de riesgo. En lo personal no entiendo por qué tanta gente tiene un perfil tan adverso. La mayoría de los inversionistas casuales que uno se llega a encontrar invierte en instrumentos como CETES (certificados de deuda a corto plazo emitidos por el estado), pensando que son un activo con muy poco riesgo, pero si el peso se devalúa en un porcentaje mayor a los retornos que ofrecen los CETES, el retorno de tu inversión desaparece. Considero además que el sentimiento de satisfacción es mucho mayor cuando apuntas a que tus inversiones, aunque para unos parezcan más riesgosas, tengan un impacto en algo que a ti te interesa. Eso es lo divertido de invertir en startups, te gusta su producto y te motiva que tenga éxito, que crezca y se expanda y después de todo, tú ser parte de esa compañía aunque sea un pequeño porcentaje.
Mas aún, todos esos inversionistas que han promovido las grandes compañías cuyos productos ahora se usan a diario tienen preferencias con riesgo elevado: Peter Thiel, uno de los fundadores de Paypal, fue uno de los primeros en invertir en Facebook, cuando nadie entendía el modelo de negocio de una red social para estudiantes de universidad. El fundador de 500 startups, Dave McClure, tiene una de las aceleradoras de startups más importantes en el mundo y comenzó tarde en el mundo de las inversiones, dispuesto a tomar el riesgo de frente y cambiar industrias. Tiene un gran artículo en su blog “Late Bloomer, not a loser“. Ahí comenta sobre su vida y su carrera profesional, como parecía que no llegaría a ningún lado mientras sus colegas y antiguos compañeros lo dejaban atrás. Decidió empezar a dar mentoría e invertir en startups y resultó que tenía buen ojo para compañías con potencial. Estamos hablando de una persona que no contaba con un gran patrimonio, pero de todas maneras decidió ponerlo donde estaba su ideología y su convicción, una postura de muy alto riesgo. El fondo de Andresessen Horowitz ha estado haciendo fuertes inversiones en compañías basadas en tecnología blockchain, hace poco anunció el levantamiento de USD 515 millones para su segundo fondo con esta tesis de inversión. Ninguna de estas ha producido retornos aún, pero la visión del fondo, aunque arriesgada, pone la mira en que esta tecnología tendrá un impacto total en como el valor se transfiere y se almacena en nuestras redes de comunicación. Incluso Warren Buffet, considerado ampliamente como el gran genio de Wall Street, ha tomado posiciones que parecen no tener sentido pero que marcan tendencias, pero en sus palabras: “el riesgo viene de no saber lo que estás haciendo en los mercados”. Este es por lo general mi caso en los mercados tradicionales, sin importar todos los conocimientos de matemáticas financieras que haya acumulado, los mercados por lo general no obedecen a la teoría.
Las inversiones de alto riesgo y sus plazos pueden parecer fuertemente vinculados, pero no es necesariamente el caso. Un inversionista puede estar jugando volados de merenguero en los mercados de criptomonedas esperando volverse rico rápido, esa oportunidad fue en el 2017 y es dudoso que regrese en la misma forma. Por otro lado, un inversionista que piensa como VC y se informa a profundidad busca compañías en etapa temprana cuyo producto y modelo de negocio realmente hagan sentido, sabiendo que la inversión será a largo plazo y por mucho tiempo no verá dividendos o intereses. Es posible que la compañía quiebre, pero si demuestra disciplina y visión, en 5-8 años puede resultar ser una inversión con mejor desempeño que cualquier activo tradicional que uno pudiera comprar en las bolsas.
En el caso de mis contactos directos y cercanos, tengo amigos que trabajan en Europa y gozan de muy buenos salarios, cuando sus salarios se convierten a pesos mexicanos están muy por encima de los promedios nacionales para sus posiciones. Hablando con ellos sobre el fondeo colectivo de capital y mi trabajo en Arkangeles.com, los he invitado a invertir en las startups que promovemos donde el ticket mínimo de inversión es de 3,000 MXN, (115 EUR a tipo de cambio 26 MXNEUR). Les he contado sobre nuestra tesis de inversión de promover a compañías que están mejorando la calidad de vida del país y la región. La primera pregunta que recibí en ambos casos fue: ¿En cuánto tiempo y cada cuando recibo retornos sobre mi inversión? No me sorprende la pregunta, es normal cuando el inversionista está acostumbrado a activos tradicionales, aún así el escepticismo que acompañó sus preguntas me sorprendió. Considerando que los intereses de los bonos y otro activos similares en Alemania están por los suelos, ¿por qué tanta resistencia a invertir en startups tecnológicas con tracción en tu país de origen? El ticket mínimo de 115 EUR no representa ningún golpe significativo a su patrimonio. Uno de ellos gasta mensualmente más que eso en artículos de bebé, al otro lo he visto gastar montos mucho más elevados en noches de bohemia. Estos son dos casos muy cercanos que podrían hacer mucho más por impulsar la máquina del emprendimiento en su país de origen, pero los detiene la mentalidad de que son inversiones de alto riesgo por tratarse de startups, y no compañías que cotizan en bolsa.
Tenemos que erradicar esa mentalidad, especialmente en inversionistas de alto poder adquisitivo. Es necesario recapacitar y actualizar el perfil de riesgo de muchos inversionistas sofisticados y lograr que acepten un mayor porcentaje de startups en crecimiento en sus portafolios. Después de todo, son estos inversionistas los que tienen la capacidad de aceitar el ecosistema emprendedor en la región, pueden involucrarse con la compañía y ayudarla a alcanzar nuevas metas. Es curioso, pero en el 2017 se me acercaba gente de alto poder adquisitivo pidiendo consejos sobre como invertir en criptomonedas, no tanto en Bitcoin, sino compañías desconocidas que se montaron en la ola de la revolución blockchain, que tenían una landing page muy estética pero que resultaron ser solo humo. Definitivamente era una época de mucho furor y FOMO (Fear of Missing Out) en el ecosistema, pero también es cierto que muchos de estos inversionistas tampoco hicieron la más mínima investigación sobre que estaban comprando, ni siquiera sobre quien estaba detrás de la compañía o su país de origen. ¿Cuál es entonces el problema con invertir en startups de la región que presentan números sólidos, trayectoria, disciplina, un producto terminado y un plan a futuro? Pueden parecer inversiones de alto riesgo, pero ese riesgo se disipa con el tiempo si la startup tiene un acompañamiento cercano de inversionistas que pueden exponenciar su crecimiento a través de la construcción de relaciones importantes o la ampliación del alcance de los canales de venta de la startup. Si te gusta la tecnología de la startup e invertiste en ella, es obvio que recomendarás sus servicios y eso puede ser de muchísimo valor. Así que ayuda a promover la tecnología y los productos que te gustan y que quieres ver en tu día a día.
Para terminar mi argumento, es cierto que en una situación como la que estamos viviendo con la pandemia del covid-19, las startups a las que me refiero, como el resto de la economía, también sufren fuertes contratiempos que incluso pueden ser mortales para una compañía pequeña, pero considero que las tecnologías tienden a prevalecer, por lo que también pueden hacerlo los productos y servicios que se apoyen en ellas. Creo también que el hambre y motivación de los emprendedores de estas compañías también son factores clave en la supervivencia de sus compañías, mas aún en tiempos de crisis. Entonces, ¿por qué dejar morir a emprendimientos que traen valor a la sociedad? Este es precisamente el momento de invertir en tecnología y promover la competencia. Todas las empresas públicas pasarán por un periodo de recuperación, pero mejor invertir en una nueva aplicación que puede mejorar las vidas de la gente que radica en zonas rurales a invertir en compañías públicas cuya acción bajó durante un mal día en la bolsa. La mayoría de éstas compañías sobrevivirá, incluso después de mostrar compromiso social nulo con sus empleados en tiempos de crisis al liquidar a sus trabajadores para mantener “finanzas sanas”.
Regresando al ejemplo de mis amigos y de otros inversionistas de alto impacto potenciales, es mi misión personal cambiar su mentalidad sobre sus perfiles de riesgo. Yo no gozo del mismo patrimonio que ellos, pero seguiré poniendo mi dinero donde está mi ideología y espero convencer a más gente de hacer lo mismo. ¿He perdido dinero?, sí. Pero si vivo con miedo a perder dinero invirtiendo, también dejaré pasar muchas oportunidades de las cuales puede surgir algo verdaderamente excepcional. Es tiempo de pensar como venture capital, es tiempo de tomar riesgos conscientes e impulsar a compañías con el potencial de hacer un cambio en nuestra sociedad.
Co-fundador de Lumit Blockchain & Nerwork Technologies, empresa de consultoría y desarrollo de soluciones de software a la medida de tecnologías distribuidas, la cual fue recientemente aceptada al programa de aceleración Xcelerator de la Universidad de Berkley California, el cual promueve a startups que utilizan blockchain en sus modelos de negocio. Conoce más de Alberto en su linkedin.
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