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Introducción
Dentro de una empresa existen desembolsos, más allá de los administrativos, que determinan el buen ejercicio de la misma. Dentro de ellos encontramos la depreciación, esencial y fundamental para entender los gastos de los activos fijos.
Si eres inversionista evaluando empresas, o estás emprendiendo, ¡quédate! Te aseguramos que este artículo será de mucha ayuda.
¿Qué es la depreciación?
En administración, la depreciación es la disminución del valor real de un activo, es decir, de algo que tiene valor o puede generar ingresos. Esto puede afectar el balance de la empresa, sin embargo, no se trata de ningún tipo de salida de efectivo. Simplemente, el valor de los activos se reduce.
Por ejemplo, la maquinaria de una empresa. Ésta pierde su valor original con el paso del tiempo, debido al desgaste generado por su uso constante.
Veámoslo de esta manera: al utilizar más los activos (sigamos usando el ejemplo de la maquinaria o los elementos necesarios para producir en una empresa), éstos sufren desgastes en su estructura o funcionamiento, lo que a futuro serán gastos para la empresa. Esto disminuye su utilidad.
Claramente, es imposible evitar el desgaste, así la depreciación no busca disminuir este efecto. Más bien, con este cálculo lo que se logra es tener los fondos necesarios para cubrir los gastos de los activos depreciados en un determinado lapso de tiempo.
Por eso es que la depreciación tiene suma importancia en la utilidad de una empresa. Al calcularla, se puede llevar a cabo un control sobre el gasto de los activos y tener a la mano el dinero para arreglarlos cuando sea necesario. Algo que, por cierto, es necesario para el estado de resultados.
Métodos para calcular la depreciación
Por su importancia en la estructura financiera, las empresas organizadas suelen contar con cálculos de depreciación. Pero, los métodos de cálculo varían según el tipo de activo.
Acá te compartimos cada método de forma resumida:
Método de línea recta
En el método de línea recta, los activos se consumen uniformemente durante el transcurso de su vida útil. Es uno de los métodos más usados por su sencillez, ya que supone la depreciación constante del valor del activo. Normalmente, es una depreciación acumulada durante el último año.
Método de unidades de producción
Este método es bastante similar al método lineal. En este se distribuye la depreciación en forma equitativa. Se calcula al dividir el valor del activo por el número de unidades que puede producir durante toda su vida útil.
Luego se multiplica el número de unidades producidas en el periodo estimado por el costo de depreciación correspondiente a cada unidad.
Método de depreciación creciente
En este método el desgaste del activo va en aumento. Es decir, supone que los primeros años la depreciación del activo es menor y va en aumento a lo largo del tiempo. Para esto se estima los años de vida útil.
Método de depreciación decreciente
Este es un método de depreciación acelerada, pues busca la recuperación del valor original de los activos fijos en los primeros años.
En este se toma, como cálculo de la depreciación, los valores más altos de la cuota de depreciación del primer año, y se disminuye con el paso del tiempo. Es decir, la depreciación de un activo es mayor los primeros años.
Método de la suma de los dígitos
Este método, al igual que la depreciación decreciente, es un método de sistema de amortización acelerada. Aquí se reconoce una mayor alícuota de depreciación, a diferencia del método de depreciación decreciente donde se toma el valor de salvamento o valor residual.
Claramente, cada método se calcula según diferentes criterios, sin embargo, generalmente la base de estos cálculos de contabilización es el valor de un bien, o el valor de una compra. Según el tipo de depreciación que necesites calcular, deberás aplicar una fórmula distinta.
Pero más allá de eso, el término depreciación toma suma importancia para la vida útil del activo, por lo que para efectos contables, es necesario calcularlo. Así que te dejaremos algunos datos extra que debes saber sobre la depreciación. ¡Continúa leyendo!
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3 cosas que debes saber sobre la depreciación
La depreciación es un concepto que tiende a generar confusión, por lo que muchas veces las empresas deciden cometer el error de no tomarlo en cuenta.
Nuestra misión en este caso es ayudarte a evitar estos errores, pues pueden alejar a los inversionistas y acabar por arruinar tu idea de negocio. Y como inversionista, es ideal tomar esto en cuenta al momento de evaluar PyMes o startups. Es por eso que a continuación te dejamos 3 claves para que no cometas ninguna equivocación:
1. Para conocer cuán rentable es un negocio, debes conocer todos los costos involucrados
La depreciación es uno de ellos. Si no registras la depreciación, podrías estar subestimando gastos de tu negocio, ocasionando que pienses que ganas más de lo que realmente estás generando, sin tomar en cuenta este tipo de gastos.
2. La depreciación reduce el coste de los impuestos
Otro punto importante para registrar la depreciación. Esto ocurre porque se refleja esa pérdida de valor de los activos fijos, pues se sabe que el uso de los mismos se traduce en la obsolescencia de ellos, ocasionando gastos a la empresa, y por ende, menores ganancias. Al disminuir la cantidad de ganancias imponibles, reducen los impuestos adeudados.
Estos cálculos los lleva el contador de la empresa junto con el administrador. Normalmente necesita utilizar el Sistema de recuperación de costos acelerados (MACRS).
3. El registro de la depreciación no genera salida de dinero a pesar de ser un gasto
Es más bien una manera de mantener un ahorro previsivo para cuando necesites reemplazar el activo. Lo mismo que explicamos en el punto anterior, si por ejemplo en tu empresa cuentan con computadores para generar productos o servicios, en algún momento requerirán de mantenimiento para funcionar. Este es un gasto a la empresa, sin embargo, al llevarlo en la contabilidad, el mismo no afectaría negativamente.
Activos que se pueden depreciar
Con esta información seguramente ya no dudarás en llevar este cálculo en tu contabilidad. Un último dato que queremos dejarte son los activos depreciables para que no cometas el error de incluir todo activo a depreciación.
Para que un activo sea depreciado, por lo general debe:
- Ser de tu propiedad
- Generar ingresos o estar en uso
- Tener vida útil calculable
- Durar más de un año
Normalmente, encontramos dentro de los activos depreciables:
- Equipos
- Vehículos
- Mobiliario de oficina
- Computadoras
Entre las excepciones están los edificios en construcción o la maquinaria y equipo en montaje. Mientras se estén construyendo no podrán ser depreciados. Lo mismo ocurre con los terrenos, pues supone que seguirá siendo el mismo, aún cuando se utilice.
Por último, pero no menos importante, debes saber que estos activos fijos en la empresa no producirán una depreciación contable, ni tasa de depreciación, sino hasta que empiecen a producir o generar ingresos. Pues claramente, previo a eso no existirá desgaste.
A partir de allí, podrás tomar las decisiones pertinentes respecto a si el cálculo será una depreciación anual según su vida útil estimada. Para ello, te recomendamos apoyarte en contadores.
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