Principios fundamentales
Las casas de los tres cochinitos eran del mismo tamaño, solo que hechas de forma diferente. Cuando fueron puestas a prueba solo la casa de ladrillo, con su construcción sólida, sobrevivió. No fue casualidad o accidente. El que hizo su casa de paja, no estaba verdaderamente pensando en la casa, sino en hacer cualquier cosa con lo primero que vio para poder irse rápidamente a jugar. Al segundo, el de la casa de palitos, le ganaron más las ganas de imitar al que estaba jugando que tener una casa sólida, así que terminó como pudo y se fue a jugar también. El último fue el único que de verdad sabía por qué quería una casa, y con eso en mente se dedicó a construirla. Fue el único que entendía que una casa que vale la pena necesita estar planeada, bien cimentada, y que llevaría tiempo construirla.
Saber ser un empresario, tanto hombre como mujer, tiene mucho en común con ese cuento. La casa de paja representa a un changarro; la de palitos a un changarro más grande; y la casa de ladrillo, una empresa. Con una visión clara y afán de resolver su situación, ese tercer cochinito es un ejemplo de lo que quiere decir ser empresario. Una empresa, sin importar su tamaño, se diferencía de un changarro gracias a ciertos principios fundamentales, los cuales son reflejo de la actitud de quien los está llevando a cabo.
Esos principios fundamentales se pueden resumir de esta forma:
Ideas y soluciones no son lo mismo.
Ideas, al igual que opiniones, todos tienen, pero lo que de verdad mueve nuestro mundo son soluciones. Ideas, incluso las que están plasmadas en papel, solo sirven cuando se convierten en acciones como parte de un plan.
Pensar a lo grande.
El éxito empresarial viene de cumplir grandes metas a través de soluciones simples. Una vez que se obtiene una solución, las empresas grandes o pequeñas, establecen procesos y metodologías como parte sus soluciones, lo que les permiten replicar esos éxitos y crecer.
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Amigos y negocios no son siempre compatibles.
Hay que saber pedir ayuda profesional, no solo ayuda. Es importante también no tener miedo de pagar por esos servicios, dentro de las posibilidades de cada uno. Al contratar servicios profesionales se puede exigir resultados satisfactorios o reclamar por la falta de estos. Uno recibe de acuerdo con lo que paga, y no hay cómo reclamar por servicios gratis y malhechos.
Aunque siempre es bueno contar con capital y otros recursos, estos no garantizan que las cosas vayan bien. Es posible ir de changarrista a empresario sin mudarse de local. Tiene mucha más importancia el pensar diferente y ponerse en marcha.
Las ideas sobran.
Hay que olvidarse de tener una idea y pensar que con eso basta. La verdad es que no sirve de nada sentarse debajo de un árbol o en un banquito en la plaza a esperar a que llegue la idea del millón. En lugar de eso, es mejor observar más. Escuchar más. Preguntarse: ¿cómo funcionan las cosas?, ¿de qué se quejan los demás?, ¿qué sucedería si hubiera una forma de resolver esas quejas antes de que sucedan? Las soluciones están ahí, en los problemas.
Estrategias claras para implementar soluciones.
Es necesario entender bien la solución que uno quiere implementar. El cómo y cuánto facturar vendrá solo. Por ejemplo, un minisúper no vende abarrotes, vende conveniencia al facturar por abarrotes que la gente va a buscar en locales cercanos. Las redes de tiendas como Oxxo entienden eso, y es esto lo que las hace diferentes de la tiendita del barrio. Ambas ofrecen proximidad y abarrotes. Sin embargo, las Oxxo tienen métodos y procesos para todo, lo que les permite un análisis de inventarios eficiente, cuentan con un método para la distribución de artículos dentro de la tienda, saben el margen de ganancia en cada artículo y la venta promedio por cliente dependiendo del barrio, y mucho más. Toda esa información es parte de su estrategia para la implementación de soluciones.
Rodearse de personas con experiencia.
Otra gran diferencia entre changarro y empresa está en la sofisticación, y eso se da con el apoyo de otros expertos. Un buen jugador de fútbol no es el que corre más rápido o patea la pelota con más fuerza. Es aquel que sabe ser parte de la jugada, aprende cómo y cuándo participar, y cuenta con buenos entrenadores. El objetivo del juego no es lucirse individualmente, sino anotar más goles en equipo que los adversarios. Una empresa atrae empresarios para poner en marcha su estrategia. A su vez, un empresario se rodea de personas de las cuales puede aprender, busca asesorías de otros profesionales, y entiende que nadie se vuelve exitoso solo.
Quien que se conforma, se queda atrás.
Es imperativo recordar que alguien siempre va a querer copiar un buen concepto. Un empresario busca constantemente mejorar sus procesos y métodos. Busca ser diferente a pesar de vender lo mismo. Para esto, hace que la tecnología sea su mejor amiga. A ella le cuenta todo y permite que lo ayude:
- Contándole cuál es la solución que tiene al problema que identificó.
- Contándole a quien le vende esa solución y cómo piensa cobrar por eso.
- Contándole sus procesos, estructuras, y gastos.
- Preguntando constantemente quién es de verdad su cliente, por qué viene, y qué otra solución le puede ofrecer.
- Pidiéndole que lo ayude a ser siempre más eficiente.
Conoce más
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